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El gigante oculto… y la cuenta regresiva
Durante generaciones, los hombres han mirado al cielo buscando estrellas fugaces, eclipses y cometas. Pero pocos han discernido las verdaderas señales… aquellas que no brillan para entretener, sino para advertir. Este libro no es ciencia ficción. Es profecía encubierta entre cifras astronómicas, eclipses olvidados y textos antiguos que han sido silenciados por los custodios del sistema.
El planeta 7X no es un mito. Es un testigo oculto. Un mensajero de juicio. Un cuerpo celestial que aparece en momentos claves de la historia humana, provocando sacudidas, oscuridad, plagas y éxodos. No se trata de especulación, sino de una convergencia exacta entre los relatos bíblicos, los registros babilónicos y la astronomía más precisa.
En las páginas que acabas de leer, hemos recorrido los rastros de un intruso cósmico. Hemos visto cómo la ciencia, cuando se somete al testimonio de la Escritura, confirma lo que los profetas ya sabían: Dios gobierna también los cielos, y los astros no se mueven al azar. Cada paso del planeta 7X está alineado con un llamado al arrepentimiento, con el clamor de un remanente, con la urgencia de una generación que ha vivido demasiado tiempo ignorando las trompetas.
Este libro es un presagio, sí. Pero también es una llama encendida. Una antorcha en medio de la noche. Cada señal aquí revelada no busca alimentar la curiosidad, sino despertar al que duerme. No es entretenimiento apocalíptico: es la voz del Cielo diciendo:
“¡Despierta tú que duermes! Porque se aproxima el día grande y terrible del Señor.”
El 7X no viene solo con catástrofes. También viene a cumplir lo que está escrito: que habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas… y que el remanente conocerá el tiempo de su visitación.
Tú que has leído hasta aquí, no cierres este libro como quien termina una historia. Cierra este libro con una oración en los labios y una lámpara encendida en el corazón. Porque la cuenta regresiva ya ha comenzado… y los cielos no se equivocan.
— Pastor José Cubillos
Ministerio Familiar Teshuvá – De regreso a casa